El Vermut (Vermú) es un vino aromatizado que se bebe solo o combinado con otras bebidas alcohólicas en cócteles. Las semillas, raíces y flores de varias hierbas se utilizan para conseguir el sabor típico del vermú. También se utilizan frutas.
El vermut se suele asociar a una planta como ajenjo, milenrama, saúco, menta, etc. De las especias - la canela, la nuez moscada, la vainilla y el cardamomo juegan un papel importante en formar esta especifica sinfonía de aromas de la bebida. Aparte de ellos, también se utiliza la corteza del árbol de la quinina.
Las flores de saúco en combinación con la piel de limón tampoco deben pasarse por alto cuando se habla de la producción de vermut. Los productores también utilizan romero, clavo y hierba de san Juan. Los principales productores de este vino aromático son Francia, Italia y España. También se producen cantidades más pequeñas de vermut en otros países, incluidos Argentina, EE. UU., Países Bajos, Alemania, Hungría, República Checa, Moldavia y Rusia.
Historia del vermut
Según los historiadores, el vermut es mucho más antiguo de lo que la mayoría de la gente piensa y probablemente se remonta a la antigüedad. Cuenta la leyenda que la receta de su prototipo fue obra del padre de la medicina de Hipócrates, quien combinó algunos de sus ingredientes en el siglo V a.C.
De lo contrario, se considera que el vermut tal como lo conocemos hoy proviene de Italia. Las tierras de la zona de Turín son conocidas por su fertilidad. Aquí crecen uvas de una calidad increíble, que se utilizan en la producción de una variedad de vinos. No muy lejos se pueden encontrar aromáticas y valiosas hierbas, que posteriormente se convierten en un complemento ideal para las uvas. Hace cuatro siglos, el vermú no era muy común y por tanto el conocimiento sobre él era escaso.
Según algunas fuentes, en ese momento un italiano ofreció al gobernante bávaro el vino de Hipócrates hasta ahora desconocido. Al rey le gustó mucho y gracias a eso se hizo popular después. La gente empezó a llamarlo Wermut wein, que literalmente traducido del alemán significa vino de ajenjo. Así, el vino producido en Italia se hizo mundialmente famoso con un nombre alemán. La primera planta industrial para la producción de vino aromático se construyó en Turín en la segunda mitad del siglo XVIII. En un principio se elaboraba vermú sólo a partir de uvas blancas, pero más tarde también se permitieron otros tipos de uva.
Elaboración de vermut
El vermut se obtiene a partir de variedades de uva blanca, tinta y rosada. Para su elaboración es necesario preparar una base de vino. De hecho, ocupa alrededor del ochenta por ciento del volumen de la bebida. Luego se utilizan extracto de plantas, alcohol puro y jarabe de azúcar. También se puede añadir caramelo, siempre que el objetivo sea hacer vermut rojo. Las hierbas especialmente seleccionadas se secan y se convierten en polvo. Posteriormente, junto con los componentes ya mencionados, se colocan en grandes cajas de madera.
Toda la mezcla se deja reposar durante unas tres semanas. A continuación, el líquido se enfría y se filtra. Luego se deja envejecer. Por lo general, este proceso dura entre dos meses y un año. Pasado este tiempo, llega el momento de la pasteurización. Este proceso apaga un poco el olor del vino, pero realza su sabor y le da un carácter exótico. Finalmente, el líquido se embotella.
Tipos de vermut
Una característica distintiva del vermut es su sabor a ajenjo, hábilmente combinado con notas de otras hierbas. Esto le da cierta acidez a la bebida, pero también sofisticación. Hay cinco tipos principales de vermut. El primer tipo es el llamado vermú seco, donde el contenido de azúcar no supera el 4%.
El segundo tipo se conoce como vermut blanco. Contiene tres veces más azúcar. También se conoce el vermut rojo, donde el contenido de azúcar supera el quince por ciento. Existe el vermut rosado que es una especie de mezcla entre el vermut blanco y el rojo. El último tipo es el llamado vermú amargo, que pertenece a los vinos de sabor amargo.
Servir y conservar el vermut
Elegir la bebida adecuada es de gran importancia cuando desea dejar una impresión agradable en sus invitados. En caso de que tengas una botella de vermut, debes saber que este vino aromatizado se suele servir antes de una comida, ya que la idea es estimular el apetito. Se aconseja tomar hasta cien gramos de la bebida.
El vermut seco se puede servir ligeramente frío. Según algunos amantes de los cócteles, el vermú puro se toma en un vaso de whisky, y solo se llena 1/3 del vaso con alcohol. Se sirve con hielo y una aceituna. Cuando se combina con otras bebidas, el vino aromatizado se vierte en un vaso triangular. En caso que el vermut se sirve después de una comida, se puede combinar con fruta.
Preste atención no solo a servir el vermut, sino también a su almacenamiento. Si la botella de alcohol se deja abierta durante algún tiempo, la bebida perderá sus características gustativas. Si la cantidad de alcohol ha disminuido, no será un error traspasar el líquido a otro recipiente de menor volumen.
Vermut en la cocina
El vermut es forma parte de muchos cócteles, el más famoso de los cuales es el martini. Te recordamos que la bebida favorita de muchos está compuesta por ginebra y vermut. El vermú dulce se puede combinar con vodka, brandy, whisky o coñac. También se recomienda agregarle jugo de limón o naranja. Y como el vermut combina muy bien con la fruta, también consigue hacerse un hueco en la cocina.
El vino aromatizado demuestra ser un maravilloso agente aromatizante para ensaladas de frutas, preparadas tanto con cítricos como con otras frutas de temporada. De hecho, algunos cocineros usan una pequeña cantidad de este vino para dar sabor a diversos productos de pastelería, como muffins, galletas y pasteles. Aún otros lo usan para sazonar a los filetes de ternera y cerdo. Si te gusta la buena comida y las tapas con menudencias de pollo, puedes darle un toque exótico a tu plato añadiéndole 50 g de vermú.
Beneficios del vermut
El vermut tiene una serie de propiedades beneficiosas. No es solo una bebida alcohólica que contribuye al buen humor y estado de ánimo. Ya en la Antigua Grecia se usaba como antiséptico. La bebida mejora la digestión y estimula el apetito, por lo que es muy recomendable para personas que padecen anorexia.
También resulta que en combinación con otros medicamentos, el vino aromatizado es capaz de resolver algunos problemas gastrointestinales. Según la medicina popular para los dolores de garganta ayuda una mezcla de miel y vermú caliente. La misma sustancia se recomienda para la tos y la secreción nasal.