El apio de monte fresco se puede secar para conservarlo. Para este fin, primero se lava y se deja escurrir bien.
Cada ramita se coloca sobre papel de periódico a cierta distancia entre sí y se deja secar. No es necesario que esté expuesto a la luz solar directa.
La duración del secado es según la humedad de la habitación en la que seques el apio de monte. Cuando esté completamente seco guárdalo en un frasco o caja con cierre hermético.
En la mayoría de los casos, para fines culinarios, sólo se arrancan las hojas secas del apio de monte, sin el tallo. Se utilizan las raíces, hojas y frutos de la planta.
Las hojas y semillas son muy aromáticas y se utilizan como especia en la cocina. La raíz contiene un aceite esencial.
El apio de monte seco se muele sólo cuando se utiliza en un guiso o salsa más fina.
Las raíces se pueden usar para hacer infusión después de secarlas, mezclarlas en una picadora o picarlas. Se mezcla 1 cucharada de apio de monte (tallos u hojas) con 300 ml de agua hirviendo.
Se toma 2 veces al día (sin azúcar) 150 ml y es sumamente beneficioso para tartar la acidez estomacal, dolor al orinar, cálculos renales.