La albahaca es una de las hierbas más aromáticas y saludables, y si la secas correctamente, su aroma mágico durará mucho tiempo. Así tendrás a mano durante todo el invierno un delicioso y aromático condimento para diferentes tipos de platos.
Arranca las hojas de albahaca y extiéndelas sobre papel periódico o un paño fino, extendiéndolas en una sola capa. Seque las hojas de albahaca durante unos días en una habitación seca, a la sombra y ventilada.
Vierta las hojas secas en frascos herméticamente cerrados y pon una etiqueta en la parte superior para que sepa lo que está almacenando en él y no lo abra a menudo innecesariamente.
La albahaca se seca y sin arrancar los pétalos de las ramas. Ate unas ramitas de albahaca, átelas en la parte inferior con una cuerda gruesa y cuélguelas con los pétalos hacia abajo en un lugar seco, sombreado y con buena circulación de aire.
Pasadas dos semanas, quita los lazos, arranca las hojas de albahaca, reparte en botes herméticos y guárdalas así.
También puedes colgar racimos de albahaca seca en un lugar destacado de la cocina, ya que quedan preciosos. Pero desafortunadamente, no podrás usar la albahaca para sazonar platos, solo para aromatizar la cocina/la habitación. Las hierbas se secarán y se llenarán de polvo por estar en la habitación.
Las hojas secas de albahaca son un condimento indispensable para sopa de tomate, ensalada caprese, especialidades de pescado, salsas para pasta, varios tipos de platos de tomate, así como en platos de la cocina oriental, que a muchos nos encanta.
Para hacer un plato con albahaca aromática, añádela en el último momento, unos segundos antes de retirarlo del fuego o sacar el plato del horno. Así, la albahaca no pierde su aroma único.
Las hojas de albahaca se arrancan de una planta que aún no ha florecido. No rompa todos los pétalos, los pequeños no son adecuados para el secado, los de tamaño mediano son los mejores.
Antes de secar la albahaca, lava las hojas de la suciedad y el polvo, ya que luego las usarás directamente en los platos. Puede secar la albahaca en un colador a la luz del sol cubriéndola con un paño fino.
Si está cansado de esperar días hasta que se seque la albahaca, seque las hojas a cuarenta grados en el horno, pero no más de media hora. Luego, las hojas se enfrían y se almacenan en bolsas de tela o gasa.
Lea también qué platos podemos sazonar con albahaca.