La sal es una parte indispensable de cada uno de nuestros platos, por eso debemos saber cómo almacenarla correctamente.
Generalmente, la sal fina debe quedar desmenuzable y seca. Si no la almacenamos adecuadamente, puede humedecerse y volverse muy dura como un bulto. Para evitarlo, aquí tienes algunos consejos importantes a seguir a la hora de almacenar sal.
- Debes almacenar la sal en un lugar donde no haya humedad y esté constantemente ventilado;
- Al llenar un salero, se debe tapar bien para evitar la entrada de aire y humedad;
- No tocar la sal con las manos mojadas o grasosas y no tomar la sal con una cuchara mojada;
- Si guardas la sal en un frasco u otro recipiente grande, puedes ponerla dentro de una pequeña bolsa hecha de estopilla llena de arroz; de esa manera, si entra humedad en el recipiente, la bolsa de arroz la absorberá;
- Si tienes la oportunidad, es bueno guardar la sal en bolsas de lino. Si no tienes, lo mejor es guardar la sal en recipientes de vidrio o en el embalaje original sin abrir. Si vas a poner la sal en saleros, estos deben ser de madera o de cerámica a ser posible;
- Si has decidido almacenar la sal en recipientes de plástico, debes asegurarte de que estos recipientes estén destinados específicamente para almacenamiento de alimentos.
Cada persona necesita entre 5 y 7 gramos de sal al día. Durante la temporada de verano, cuando sudamos con más frecuencia, la cantidad de sal aumenta a 10-15 gramos por día.
Y para conseguirlo, podemos comer bocadillos salados o muffins salados con más frecuencia.