Todo el mundo habla de azúcar y mucho menos se habla de la sal.
No es sólo el uso de dulces lo que perjudica nuestra salud. Millones de personas mueren cada año debido al consumo excesivo de sal. ¿Por qué es peligrosa para nosotros y cómo sabemos que una tortilla sin sal está igualmente rica?
El sodio se encuentra naturalmente en los alimentos que comemos y es esencial para mantener el equilibrio adecuado de los líquidos corporales, pero no en las grandes cantidades que consumimos.
El consumo medio debe ser de unos 1.500 mg al día para un adulto, aproximadamente una cucharadita de sal.
En la práctica, un adulto consume 4000 mg de sal al día. Esta cantidad puede provocar hipertensión arterial, que es una enfermedad en sí misma y tiene graves consecuencias para otros sistemas del cuerpo:
- aumenta el riesgo de sufrir un derrame cerebral;
- enfermedades cardiovasculares;
- insuficiencia cardiaca;
- problemas renales, etc.
La importancia de la sal para el funcionamiento del organismo es grande, pero su mayor consumo puede resultar perjudicial.
Sobre todo, recuerda que cualquier cambio en la alimentación requiere tiempo y adaptación y hay que tenerlo en cuenta. La palabra clave aquí es "gradualmente" o simplemente no funcionará. El ajuste se realiza en tres etapas: - en la primera etapa, se reduce el consumo de alimentos procesados y conservas;
- el segundo paso es aprender a acostumbrarse al sabor de los alimentos cuando son menos salados. Menos sal en ensalada y arroz, tortilla sin sal. Una vez que te acostumbras, ni siquiera se te ocurre añadir la dosis habitual de sal: el plato sabe perfecto;
- luego, una vez que hayamos entrenado nuestro paladar para que le guste este sabor suave, podemos pasar al tercer paso: buscar alimentos con valores más bajos de sodio, comparar la cantidad de sal en productos similares de diferentes fabricantes y elegir el que tenga menor contenido de sodio.
En el futuro será menos difícil porque los sabores intensos de estos alimentos cmenzarán a gustarnos menos.
La sal es un recurso que se ha mencionado desde los albores de la historia y su importancia es innegable. Por más difícil que nos resulte creerlo hoy en día, incluso las guerras entre países alguna vez se libraron por la sal. Pero en el caso de la sal, no entres en guerra contigo mismo controlando sus cantidades.
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