Los langostinos y gambas cocidas son un excelente aperitivo, presente en casi todas las mesas festivas. Fácilmente podemos prepararlas nosotros mismos y servirlas en cualquier ocasión formal o informal. Sin embargo, para conservar su sabor natural y su delicada textura, debemos tener en cuenta algunas características que son elementales en sí mismas.
El proceso de cocción de las gambas es corto y muy sencillo, pero es indiscutible que cada producto necesita su propio tiempo de elaboración y preparación específica. Lo mismo pasa con las gambas.
Depende mucho, en primer lugar, de si elegimos gambas frescas o congeladas. Las frescas siempre son preferibles, pero si no las tienes, debes poner las gambas congeladas en agua tibia, nunca caliente, durante 5 minutos o simplemente dejarlos reposar a temperatura ambiente durante 30 minutos.
Preparar con antelación un bol grande de agua fría con cubitos de hielo y sal - 80 g por 1 litro. El liquido debe cubrir las gambas. La sal debe disolverse tanto como sea posible, aunque esto es difícil debido a la temperatura helada.
Dependiendo de la cantidad que vaya a hervir, ponga abundante agua fría a fuego alto. El liquido debe ser suficiente para cubrir con 3-4 dedos los mariscos.
Agregar 35 gramos de sal por cada litro de agua - el propósito es parecerse al agua del mar, su medio natural. Unos ponen más sal, otros menos, pero para mi es la proporción ideal.
Una vez que hierva el agua, sumerja con cuidado las gambas, preferiblemente no todas a la vez, sino a 3-4 veces para que no baje bruscamente la temperatura.
Hervir durante 2 minutos, y si son grandes - 3-4 minutos. Las gambas congeladas necesitan un poco más de tiempo.
Sacar y escurrir muy rápidamente, luego colocarlas inmediatamente en el baño de hielo para detener el proceso de cocción. Así mantendrán todas sus cualidades gustativas, permanecerán delicadas y tiernas y su aspecto será impecable y brillante.
Esperar a que s enfríen por completo, lo cual se hace rápido e inmediatamente escurrir y dejar sobre papel absorbente.
Las gambas así preparadas están listas para el consumo y realmente se merecen un lugar digno en su mesa.
Si no se consumen inmediatamente , guardadlas en el frigorífico en un recipiente herméticamente cerrado, en el que duran hasta varios días, conservando sus propiedades gracias a la sal.
Si te gustan las gambas, te recomendamos probar nuestras recetas de:
- o gambas con arroz.