La congelación es una forma saludable de conservar la composición beneficiosa de la fruta durante más tiempo. Esta es una forma de almacenar arándanos para usarlos después en la preparación de tartas de queso rápidas, clafoutis de frutas o para cubrir panqueques.
Para la congelación solo se utilizan frutas sanas y bien maduras.
No hay nada complicado en congelar arándanos.
Antes de congelar los arándanos, límpialos de las hojas, retira aquellos frutos que estén dañados y lávalos. Solo se seleccionan frutos firmes y bien maduros para congelar.
Después de lavarlos, se deben dejar escurrir y secar. Cuando estén completamente secos, transfiera los arándanos a una bandeja más grande. Extiéndalos sobre el fondo de la bandeja para que queden en una sola capa.
Esta bandeja de arándanos debe permanecer en el congelador durante unas dos horas. Así, las frutas no se pegarán y cada fruta se congelará por separado.
Después de que hayan pasado esas dos horas, transfiéralas a recipientes o bolsas de plástico y vuelva a ponerlas al congelador.
Así, los arándanos congelados se pueden almacenar durante un año.
Cuando necesite arándanos para pasteles caseros o como guarnición de quesos empanados, sáquelos del congelador dos o tres horas antes para descongelarlos. Es importante hacerlo a temperatura ambiente.
