El glaseado del pastel es el toque final de una tarta. No importa lo delicioso y jugoso que hayas preparado el pastel de frutas, agregarle un glaseado de chocolate o glaseado de limón lo convertirá de un simple postre en una verdadera obra de arte pastelero.
El glaseado de limón es uno de los glaseados fáciles de preparar que incluso un novato en la cocina puede hacer.
Todo lo que necesitas son limones, aceite de limón, azúcar en polvo, limones y mantequilla.
Exprima el jugo de un limón y agréguelo a 400-450 gramos de azúcar en polvo tamizada. Dependiendo de qué tan espeso quieras que sea el glaseado, las cantidades de azúcar en polvo varían.
Mezcle bien hasta obtener una mezcla suave y homogénea, luego agregue una cucharada de mantequilla derretida y mezcle nuevamente hasta que la mantequilla se absorba por completo.
Por último añade 3 gotas de aceite de limón y vuelve a mezclar. Con la ayuda del aceite de limón, el glaseado se vuelve mucho más aromático, pero el aroma no es intrusivo.
El uso de mantequilla en lugar de aceite le da una ligera esponjosidad al glaseado y, por lo tanto, lo hace más aireado. Literalmente se derrite en la boca.