Las fresas y las cerezas son algunas de las frutas más sabrosas. Consumirlas es un festín para los sentidos, y sus beneficios son innumerables. Sin embargo, ¿cómo podemos almacenar estos maravillosos frutos?
Las fresas son muy sabrosas, pero lamentablemente se echan a perder muy rápidamente, especialmente si están dañadas. Otro requisito previo para un rápido deterioro es el almacenamiento en un lugar muy húmedo o muy cálido.
Lo mejor es guardar las fresas en el frigorífico, sin lavar y colocadas en bolsas de plástico. La otra opción es ponerlas en recipientes de plástico, pero asegúrate de taparlos.
Quita siempre las fresas podridas o blandas porque estropearán el resto. En el frigorífico las fresas pueden aguantar hasta dos o tres días.
Las fresas congeladas se pueden almacenar hasta por nueve meses. Lo mejor para conservar todas sus valiosas cualidades es la congelación rápida, pero después de un lavado preliminar y un secado completo.
No se recomienda descongelar lenta o repetidamente esta fruta porque se pierde una cantidad importante de vitamina C. Descongelarlas en el microondas. Consumir antes de que estén completamente blandas.
Las cerezas son la fruta favorita de mucha gente. Deliciosas y frescas, son uno de los regalos más esperados de la primavera. Vea cómo podemos mantenerlas en óptimas condiciones.
A la hora de comprar cerezas, elige aquellas que sean ligeramente brillantes, firmes pero no demasiado duras.
El mango debe ser verde, un mango amarillo indica fruta demasiado madura.
Las cerezas son perecederas y maduran bastante rápido si se dejan a temperatura ambiente. Cuando compre cerezas, no las guarde en bolsas de plástico por mucho tiempo porque se aplastarán y estropearán más rápido.
Puedes refrigerarlas colocándolos en una bolsa de papel perforada o en una pequeña cesta de frutas hasta por cinco o siete días.
Para recuperar su frescura antes de consumirlas, remójelas en agua fría durante aproximadamente media hora.
Congeladas en el congelador, las cerezas pueden durar hasta un mes. Colóquelas en una caja o recipiente que se pueda sellar con una tapa. No es necesario quitar los tallos. El mejor efecto conseguirás si los metes en una bolsa al vacío.
Si lo deseas, puedes agregar azúcar a la bolsa o bol antes de congelar. Así tendrás un postre muy rico, en cualquier momento.
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