Las propiedades beneficiosas de los membrillos han sido conocidas por la humanidad desde la antigüedad. Se cree que incluso el padre de la medicina, Hipócrates, recomendó esta fruta como remedio para el tracto gastrointestinal. Dado que el membrillo tiene un alto contenido en taninos, se suele utilizar en la medicina popular en forma de jarabes y jaleas.
Los membrillos son ricos en fructosa, glucosa, compuestos de pectina, potasio, calcio, hierro, fósforo y cobre. Incluso en sus semillas hay una serie de sustancias biológicamente activas que tienen un efecto beneficioso para el cuerpo.
Los membrillos no se recomiendan para el estreñimiento y la pleuresía, pero la compota de membrillo y los membrillos cocidos son muy beneficiosos para las personas que sufren de inflamaciones estomacales y trastornos estomacales.
Los membrillos asados o hervidos son un gran antiemético, y el jugo de membrillos maduros es un antiséptico natural. Está especialmente recomendado para personas que padecen enfermedades respiratorias.
Gracias a los micro y macroelementos beneficiosos contenidos en los membrillos, el jarabe de membrillo o la infusión ayudan para combatir la cistitis, así como en el asma grave.
Las personas que sufren de asma pueden tomar decocción de semillas de membrillo para mejorar su estado. Las semillas de membrillo deben hervirse enteras y no molerse porque contienen la sustancia venenosa amigdalina.
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