El pesto es muy popular en todo el mundo. Hay muchas recetas y variaciones de pesto, pero hay una receta clásica que se basa en aceite de oliva, albahaca y parmesano.
El norte de Italia se considera el origen del pesto. Esta salsa italiana se conocía desde el Imperio Romano, pero el primer registro escrito de ella se encontró en 1885.
De qué está hecho exactamente el pesto
El pesto genovés clásico generalmente se hace en un mortero, machacando albahaca, sal, piñones, ajo, aceite de oliva y queso Pecorino. En algunas recetas se sustituyen los piñones por nueces, anacardos o almendras, y el queso Pecorino se puede sustituir por Parmesano o Grana padano.
El pesto se usa con mayor frecuencia para condimentar pastas, lasañas, sopas, con picatostes o para untar en bruschetta.
En Francia, y más concretamente en la región de Provenza, existe una receta de pesto en la que no se añaden frutos secos.
En Austria, preparan pesto a partir de semillas de calabaza, y en Alemania sustituyen la albahaca por ajo de oso.
Independientemente de cómo lo prepare, el pesto siempre es un complemento perfecto para casi cualquier plato o ensalada.