Se prepara una masa de bizcocho según la tarta que hayas decidido hacer. Ya sea que decidas hacer pastel fácil de nuez o pastel de chocolate, las bases de bizcocho se hornean de la misma manera.
Primero, preparas la mezcla para la base de tarta de acuerdo a la receta que usarás, luego divides la mezcla en tazones en partes iguales, de acuerdo a la cantidad de discos de bizcocho que necesitarás.
Se toma un molde para hornear, en cuyo fondo se coloca papel de hornear y, si se desea, se puede engrasar con aceite o mantequilla. La mezcla de uno de los cuencos se vierte en el molde, alisándola con una espátula o el dorso de una cuchara para que quede uniforme.
Se hornea en un horno precalentado a 160 a 180 grados con calor inferior y superior. De este modo, la base para tartas se hornea uniformemente tanto por dentro como por fuera. Se hornea hasta que esté hecho, y el tiempo de horneado depende del grosor del bizcocho.
Si crees que el bizcocho es demasiado grueso y puede quemarse durante el horneado, y el interior queda crudo, puedes cubrir el molde con papel de aluminio, que podrás retirar más tarde.
Se puede comprobar periódicamente con un palillo lo bien que está cocinado el bizcocho pinchando el palito, girándolo y al sacar el palito no debe quedar nada.
Cuando el bizcocho está listo, se desmolda con cuidado y se aplana con un cuchillo. La torta terminada se deja enfriar y se almacena en una caja con tapa mientras que las tortas restantes se hornean de la misma manera.