Todas las verduras son importantes para nuestra salud, pero algunas de ellas tienen propiedades verdaderamente únicas. Tal es la cebolla, un miembro de la familia Allium, un género de plantas con flores que también incluye ajo, chalotas, puerros y cebolletas.
En cuanto al color, las cebollas pueden ser blancas, rojas, amarillas y todas las variedades dan un picante específico a los platos, son buscadas para ensaladas frías, sopas calientes, para hamburguesas o como condimento. Frescas, salteadas, caramelizadas o cocidas, las cebollas son parte indispensable de muchos platos, dándoles su propio encanto.
Las cebollas son tan valiosas por sus beneficios para la salud, que continúan creciendo con cada estudio que se realiza sobre este vegetal. Es una excelente fuente de vitaminas - C y B6, hierro, ácido fólico y calcio. El manganeso en su composición lo convierte en un buen agente antiinflamatorio y ayuda al cuerpo durante los ataques de resfriados y virus.
Los compuestos fitoquímicos (alio y disulfuro de alilo) se extraen de la cebolla y se convierten en alicina bajo la acción de las enzimas cuando se corta la cebolla. Estos compuestos tienen efectos anticancerígenos y antidiabéticos, dilatan los vasos sanguíneos liberando óxido nítrico. De esta manera, la presión arterial se normaliza, no se forman coágulos de sangre y el riesgo de enfermedad coronaria disminuye significativamente.
Las cebollas están bien provistas de polifenoles y el flavonoide quercetina, con propiedades antiinflamatorias, y estos, junto con otros ingredientes beneficiosos, crean la reputación de la cebolla como defensa contra las enfermedades.
Después de la cocción, la quercetina de la cebolla se conserva, pero pasa al caldo. Es bueno saber que los flavonoides de las cebollas se concentran en sus capas exteriores, por lo que al limpiar es bueno quitar la menor cantidad posible de la capa exterior.
Se sabe desde la antigüedad que el consumo de cebolla tiene una función protectora para el organismo y es beneficiosa para todas las partes del mismo. Reduce el riesgo de cáncer de estómago, tiene propiedades antioxidantes, protege contra los radicales libres y es un buen conservante de alimentos.
Es difícil determinar si las cebollas tienen un papel más esencial como alimento: para dar sabor a otros productos o con fines medicinales. Lo importante es que es un elemento picante importante en los alimentos y se complementa bien con muchos alimentos y al mismo tiempo apoya al cuerpo, desde la fortaleza de las células hasta la prevención de la inflamación y la purificación de la sangre.
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