Las bayas de grosella tienen un sabor dulce y ácido similar al de las uvas negras. Los frutos crecen en racimos y tienen una piel oscura, con una masa verde gelatinosa debajo. Crecen en un pequeño arbusto que es originario de Gran Bretaña.
La grosella negra o tambien llamada casis, es muy rica en vitamina B, vitamina C y minerales importantes como calcio, hierro, magnesio, fósforo, potasio y zinc. Sólo 100 gramos proporcionan el 300% de las necesidades diarias de vitamina C.
Las grosellas negras también contienen fibra, aminoácidos y ácidos grasos esenciales. De hecho, las grosellas negras se utilizaron como sustituto de las naranjas durante la Segunda Guerra Mundial, con 4 veces más contenido de vitamina C.
Está demostrado que las grosellas son muy beneficiosas para la salud incluso a una edad temprana y los estudios demuestran que reducen la aparición de dermatitis atópica (enfermedad de la piel).
Los frutos de este arbusto sirvieron como medicina en las Islas Británicas ya en la Edad Media, siendo conocidos por su capacidad para tratar cálculos en la vejiga y trastornos hepáticos. Y si se elabora un jarabe de grosella, sería muy bueno para la tos y las enfermedades pulmonares.
Esta pequeña baya es como un multivitamínico por su abundancia de vitaminas A, B y C, además de potasio, magnesio, hierro, fósforo, zinc e incluso calcio. También son ricos en ácidos grasos esenciales.
Además, las grosellas negras son ricas en flavonoides, que favorecen el funcionamiento de los vasos sanguíneos y reducen los niveles de colesterol malo LDL. El casis es adecuado para personas con mayor coagulación sanguínea, porque los frutos previenen la formación de coágulos sanguíneos.
El zumo de grosella negra contiene un determinado polisacárido que estimula la defensa inmunitaria. Las investigaciones en esta área indican que se le conocen propiedades citotóxicas (tóxicas para las células dañinas) contra las células tumorales.
Esta fruta también es especialmente buena por su capacidad para ralentizar los procesos de envejecimiento del organismo. Por ejemplo, una cantidad elevada de vitamina C ralentiza el ritmo de encanecimiento del cabello y la aparición de arrugas.
Los antioxidantes también tienen un efecto positivo en la salud de los ojos, previniendo la aparición de cataratas (cortinas), que se producen por la acumulación de proteínas oxidadas en el cristalino del ojo, impidiendo así la penetración de la luz.
Otros estudios también indican que el jugo de grosella negra tiene un efecto beneficioso sobre enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson y el Alzheimer.
La grosella negra también sirve como remedio para las infecciones del tracto urinario, como la cistitis (intrusión de bacterias en la vejiga).
Y además de muy beneficiosa para la salud, ya sabes que la grosella negra está bastante deliciosa:
