Uno de cada tres habitantes de nuestro planeta tiene sobrepeso. Según numerosos estudios de científicos, la causa es el consumo excesivo de azúcar. Este dulce producto es tan adictivo como el alcohol y las drogas. El polvo blanco es el provocador de muchas enfermedades relacionadas con los procesos metabólicos.
Hoy en día, el azúcar natural se sustituye por azúcar industrial, con todas las impurezas y aditivos. Es una droga no regulada e incontrolable. Azúcar refinada: el disacárido más simple que se descompone en monosacáridos dentro de nosotros. La glucosa ingresa inmediatamente al torrente sanguíneo, elevando el nivel de azúcar. El cuerpo responde automáticamente liberando insulina del páncreas, una sustancia que permite que la glucosa rompa la barrera celular, ingrese a las células y se transforme en energía.
Por eso los dulces se consideran energía rápida. El azúcar da una explosión instantánea de energía, la insulina libera azúcar al principio, pero luego su nivel en la sangre cae bruscamente. El cuerpo, ante la falta de azúcar, intenta protegerse retomando el estrés. Por lo tanto, muy rápidamente después de comer algo dulce, hay sensación de hambre y deseo de comer algo más.
Paradoja: comes azúcar y de repente tu energía empieza a disminuir.
Otra ración de dulces: otra liberación de insulina, otra disminución de la glucosa, etc., en un círculo vicioso, por lo que es difícil consumir suficientes dulces. En algún momento, una persona no hace frente a este ciclo, aumenta la resistencia a la insulina y aparece diabetes. Muchas personas no notan los cambios en el cuerpo y viven en un estado prediabético, lo que aumenta el riesgo de cáncer. En algunos casos, el azúcar puede bajar al nivel más bajo, lo que provoca glucemia.
La reacción al azúcar provoca ciertos procesos en el cerebro. El producto dulce cambia la conciencia: se desencadenan procesos químicos que provocan un estado de irritación.
El exceso de carbohidratos, glucosa y fructosa se convierte en grasa. Una hamburguesa grasa es mucho más segura que una dulce y gaseosa. Los productos sin grasa se sustituyen por azúcar. La hormona insulina provoca el crecimiento del tejido adiposo y reduce el metabolismo. El exceso de azúcar en el cuerpo determina diferentes niveles de metabolismo, que acumula grasa. Especialmente aquellos que se depositan alrededor de los órganos internos: grasa visceral que provoca diversas enfermedades metabólicas que pueden ser fatales.
¿Por qué es peligroso el azúcar?
Contribuye a cambios en el azúcar en sangre, lo que provoca frecuentes cambios de humor y dolores de cabeza;
Conduce a una alteración del sistema inmunológico, ya que provoca el crecimiento de hongos y bacterias en caso de desequilibrio, con lo que el sistema inmunológico se debilita 17 veces;
El consumo excesivo de azúcar provoca obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares;
El azúcar industrial es tóxico porque extrae valiosas vitaminas y minerales del cuerpo para su propia digestión, agotando el organismo;
El producto procesado, consumido diariamente en grandes cantidades, ayuda a aumentar la acidez del estómago. Cada vez se necesitan más minerales para restablecer el equilibrio. Al mismo tiempo, los dientes y los huesos expulsan mucho calcio, lo que conduce a su destrucción y al debilitamiento del cuerpo;
Provoca desgaste en todos los órganos del cuerpo, empezando por el hígado. Se expande con el tiempo y cuando alcanza cierto límite, vierte el exceso de glucógeno a la sangre en forma de ácidos grasos. Se depositan en diferentes partes del cuerpo: abdomen, muslos, nalgas, espalda. Después de llenar las partes menos activas del cuerpo, los ácidos grasos llenan el corazón y los riñones, lo que provoca aumento de la presión arterial;
Uno de los perjuicios más claros para nuestro organismo por el consumo de azúcar es la aceleración del proceso de envejecimiento, porque comer muchos dulces tiene un efecto negativo en la piel. Combinadas en la sangre con proteínas, las moléculas de azúcar provocan una afección durante la cual se debilita la elasticidad de los tejidos del cuerpo;
Cuando consumimos azúcar en exceso causamos las mismas enfermedades crónicas que el alcoholismo y el tabaquismo. De la misma forma, los centros del placer en el cerebro se ven afectados, provocando que la persona tome una nueva dosis.