El sodio es un oligoelemento valioso que tiene la importante función de mantener el volumen de sangre en el cuerpo. Controla el funcionamiento de los músculos y nervios y previene el agotamiento y los golpes de calor que nos amenazan durante los calurosos meses de verano.
Fuentes de sodio
Las mejores fuentes de sodio son la sal, el bacon, las aceitunas verdes, los mariscos, el queso y otros alimentos. Una cierta dosis de sodio, pero bastante baja, se encuentra en los frutos secos, frutas y verduras sin sal, a excepción de las zanahorias, las remolachas y las espinacas.
100 g de pan y pasta contienen aproximadamente el 50% del requerimiento diario de sodio, siendo el pan de centeno, maíz y avena los que tienen el mayor contenido.
Otros alimentos con un alto contenido de sodio son salsa de soja, jugo de chucrut, carnes, pan rallado, alcaparras, tomates secados al sol, salchichas, mostaza, galletas saladas, patatas fritas y gofres.
Funciones del Sodio
Actúa en obligatoria sincronía con el potasio. El sodio también es de gran importancia en la regulación del volumen sanguíneo y la presión arterial. Mantener el nivel necesario de sodio no sólo funciona en sincronía con el potasio, sino que también realiza algunas funciones independientes. El sodio es particularmente importante para satisfacer algunos procesos fisiológicos específicos.
El equilibrio potasio-sodio, como parte del equilibrio general de electrolitos del cuerpo, es un elemento extremadamente importante de la relativa constancia del entorno fluido interno (homeostasis). El sodio es fundamental para el transporte de sustancias orgánicas a través de las membranas celulares, el equilibrio alcalino-ácido de la sangre, así como para la actividad de algunas enzimas, etc. Las necesidades diarias de sodio del cuerpo se obtienen principalmente de dos fuentes: la sal de mesa y compuestos de sodio como el glutamato monosódico. La necesidad de este elemento es de 1 a 3 gramos al día. Si una persona toma de 5 a 15 gramos de sal de mesa al día, absorbe de 2 a 6 gramos de sodio.
La relación entre sodio y potasio es análoga a la relación entre fósforo y calcio. Cuando aumentan los niveles de uno de los dos minerales, las cantidades del otro disminuyen en consecuencia y se vuelven insuficientes en el organismo. Del contexto se desprende claramente que el consumo de grandes cantidades de sal agota las reservas de potasio.
La acción del sodio se expresa en la regulación del trabajo de nervios y músculos. Cuando una persona hace mucho deporte, es muy importante que la reserva de sangre esté nivelada debido al aumento del flujo sanguíneo y la circulación sanguínea en el cuerpo. El mayor volumen de sangre entrega una mayor cantidad de sangre a los músculos que trabajan, con un mayor transporte de nutrientes hacia ellos.
Deficiencia de sodio
El aumento del flujo sanguíneo requiere una cantidad óptima de sodio en el cuerpo de una persona. Una caída en el volumen de sangre es un riesgo grave. Los nutrientes no nutren los músculos, el cerebro y otros órganos que trabajan. Un nivel bajo de sodio en el cuerpo provoca una alteración y un desequilibrio en la sincronía entre el sodio y el potasio.
Como resultado final, se pueden provocar problemas relacionados con funciones deterioradas del corazón, el cerebro y el hígado. Por lo tanto, para el equilibrio electrolítico de la célula es muy importante lograr un equilibrio mediante niveles exactamente definidos de potasio y sodio. La falta de sodio puede tener graves consecuencias no sólo para quienes practican deportes activamente, sino también para las personas que llevan una vida sedentaria.
Los efectos negativos extremos de la deficiencia de sodio pueden ser mareos, náuseas y desorientación. Una caída del nivel de sodio en el cuerpo es un requisito previo para la disfunción renal.
Las cantidades de sodio en los productos alimenticios son absolutamente suficientes, por lo que rara vez se observa una deficiencia de sodio en el cuerpo. Los factores de riesgo de la falta de sodio en el cuerpo de una persona pueden ser sudoración profusa, así como la máxima evitación del consumo de sal. La deficiencia de sodio en estas situaciones se expresa en efectos nocivos como calambres musculares y alteraciones en la asimilación de carbohidratos. Además, la deficiencia de sodio provoca neuralgia.
Sobredosis de sodio
Una sobredosis de sodio, es decir, más de 13 a 14 gramos por día, se considera tóxica. El consumo excesivo de sal de mesa provoca un aumento de la presión arterial. Esto debería ser una señal de precaución para las personas con hipertensión, que deberían reducir al mínimo el consumo de esta especia. La cantidad innecesaria de mineral (alrededor del 90%) se excreta del cuerpo a través de la orina.