La ortiga es conocida por todos desde la infancia como una planta que atrae mucho dinero y causa dolor. Se encuentra principalmente en pozos de ceniza, zanjas y partes sombreadas de jardines y bosques, donde crece como una mala hierba.
Sin embargo, esta planta o verdura de hoja verde silvestre pero comestible solo debe cosecharse en lugares bien conocidos y no contaminados. De la planta se aprovechan las hojas tiernas en forma de corazón cubiertas de pelos ardientes. Se recogen únicamente con guantes, ya que el ácido fórmico que contienen puede provocar escaldaduras, que son desagradables.
La mejor época para recoger ortigas es de junio a agosto. La ortiga contiene ácido oxálico, que se une al calcio.
La ortiga tiene una amplia gama de propiedades medicinales, se conoce desde hace mucho tiempo por sus beneficios para la salud: se usa para curar heridas, tiene efecto diurético, tónico, laxante, vitamínico, anticonvulsivo, expectorante.
Para que las ortigas se vuelvan comestibles, deben limpiarse y lavarse.
Para limpiar las ortigas, primero se escaldan las hojas y las puntas con agua caliente, se escurren y se preparan para el tratamiento térmico enteras o cortadas en tiras.
En la cocina de ortiga, se preparan puré de ortiga, gachas de ortiga y sopa de ortiga.