Estamos acostumbrados a que antes de consumir cualquier fruta, debemos pelarla y necesariamente quitar las semillas, si las tiene. Esta parte de las plantas suele ser más dura, difícil de digerir y por eso se la ignora. Esto en la mayoría de los casos nos priva de varios nutrientes.
Cada semilla de membrillo es rica en sustancias biológicamente activas que son un catalizador para los procesos bioquímicos en el cuerpo. En las semillas se encuentra la esencia del material genético a partir del cual se desarrolla la planta. Su consumo renueva el cuerpo, lo carga con el poder de la fruta.
Otra ventaja de la semilla es que es un lastre y con ello mejora el paso de los intestinos. Dado que recogen todas las sustancias útiles de toda la planta, las semillas tienen un efecto positivo en la salud. Para ello, es necesario rasgar la cáscara dura, porque de lo contrario el cuerpo los descarta sin usar.
A partir de esta base podemos predecir lo que nos puede dar la semilla de membrillo. Además de las vitaminas A y C; la mayoría de las vitaminas B; minerales como potasio, calcio, fósforo, magnesio y azúcares, además la semilla aporta sustancias que sirven para fines medicinales.
Un gran porcentaje de mucílago se encuentra en la cubierta de la semilla. Al remojar, se obtiene una solución de la mucosidad, que tiene un efecto suavizante y antiinflamatorio en caso de inflamación de los órganos respiratorios y el sistema digestivo.
Se recomienda remojar las semillas de membrillo en agua fría para evitar la extracción del glucósido amigdalina contenido, que es una sustancia venenosa. El extracto se utiliza para laringitis, faringitis y gastroenteritis.
Los herbolarios aconsejan cuando se toman medicamentos que irritan el estómago consumir membrillo con las semillas, para que la sustancia mucilaginosa pueda apagar el efecto nocivo del medicamento.
En una solución adecuada, la semilla también se usa contra la piel agrietada y quemada. Para uso externo, se prepara un medicamento remojando las semillas en agua y agitándolas vigorosamente hasta obtener un líquido mucoso.
En la medicina popular, se recomienda beber una decocción de semillas de membrillo mezcladas con la hierba podbel para la tos persistente.
En el pasado, a las madres lactantes se les untaban los pechos con semillas de membrillo hervidas por el efecto antiinflamatorio que tienen las semillas de esta maravillosa fruta.
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