¿A quién no le gustan las patatas? Fritas, cocidas, al horno: esta es una verdura que se puede preparar de formas muy diferentes. Pero a veces las evitamos porque para prepararlas hay que hacer un poco de esfuerzo. ¿Qué queremos decir? El hecho de que para comer patatas hay que pelarlas. Pero ¿por qué lo hacemos y es necesario? Es buena la piel de patata?
La respuesta a esta pregunta es un rotundo sí. Aunque toda la vida nos han enseñado y convencido lo contrario, la piel de patata, especialmente de las patatas nuevas, es muy beneficiosa para nuestra salud.
La razón es que todas las fibras, minerales y sustancias valiosas se encuentran precisamente en las cáscaras. Potasio, fósforo, hierro y vitamina C: todas estas vitaminas necesarias se encuentran en la piel de la patata. Y cuando le quitamos la piel antes de cocinarlas, en realidad desechamos todas estas sustancias buenas para nosotros.
Para evitar cometer este error, simplemente no peles las patatas. Si quieres preparar patatas cocidas, debes hervirlas con piel y no quitarles la piel antes de cocinarlas. De esta forma conservarás todas las propiedades beneficiosas de la patata. Por eso, lo mejor es cocinarlas lavadas y sin pelar. De esta forma se conserva la vitamina C contenida, pero a expensas del potasio, que se pierde durante dicho procesamiento. Cuando se cuecen al vapor, ocurre lo contrario: se conserva el potasio, pero la vitamina C se reduce al mínimo.

Y si tienes patatas nuevas, cómelas con piel, ya que es muy suave y fina, por lo que ni la notarás después del tratamiento térmico. Y las patatas nuevas de primavera contienen además una cantidad significativamente mayor de vitamina C.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que los niveles de vitaminas en las patatas disminuyen con el tiempo. Cuando se almacena durante mucho tiempo, a una temperatura superior a 10 grados, las vitaminas de las patatas disminuyen. En otras palabras, hay más vitaminas en las patatas nuevas que en las viejas.
Sí, sabemos que los platos de patatas nuevas no son tantos y variados, pero a costa de eso, se preparan con menos esfuerzo. No es necesario pelar las patatas nuevas al cocinarlas, lo que definitivamente ahorra mucho tiempo. Al contrario: la piel de patata es buena para la salud.
La piel de una patata de tamaño mediano aporta la mitad de la cantidad diaria recomendada de fibra soluble, potasio, hierro, fósforo, zinc y vitamina C.
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