Dado que la buena digestión comienza con las enzimas en la boca, debemos masticar bien todos los alimentos. Cuanto más tiempo mastiques, más tiempo podrán actuar las enzimas sobre los alimentos, dicen los expertos en nutrición.
Masticar en realidad expone gran parte de los alimentos a las enzimas, lo que conduce a una mejor digestión. Además, dado que casi todas las frutas y verduras crudas tienen membranas de celulosa no digerible, estas membranas deben descomponerse antes de que los nutrientes puedan liberarse y los alimentos puedan digerirse correctamente.
La digestión es un proceso complejo que comienza tan pronto como tu boca se humedece en anticipación al esperar a recibir la comida. A medida que los alimentos viajan a través del tracto gastrointestinal, se descomponen en partículas muy pequeñas.
Se extraen y absorben todos los nutrientes, no se eliminan los productos necesarios. Las enzimas realmente hacen que el sistema digestivo funcione y están presentes en cada fase de este proceso.
Los alimentos que consumimos contienen proteínas, grasas e hidratos de carbono. Para transformar estos grupos básicos de alimentos en materiales que nuestro cuerpo pueda digerir y usar, necesitamos tener tres grupos de enzimas: proteasas, lipasas y amilasas.
Una vez que la comida ingresa al estómago, los jugos gástricos que contienen enzimas continúan digiriéndola. La pepsina (proteasa estomacal) digiere las proteínas y, como sabemos, las proteínas nos ayudan a tener músculos fuertes, piel sana, huesos fuertes, buena circulación de la sangre y resistencia a las enfermedades.
Las lipasas descomponen las grasas (lípidos), incluidos los aceites y el colesterol. Y las amilasas descomponen los carbohidratos, incluidos los principales azúcares como la sacarosa, la lactosa y la fructosa.
