Las legumbres son verduras como los guisantes, los frijoles, las lentejas y los cacahuetes. Conservar estas verduras es relativamente fácil y se puede hacer de varias maneras. En general, los guisantes serán mejores para el consumo si están congelados. Los frijoles y los guisantes, una vez pelados, se pueden secar y almacenar durante un largo período de tiempo.
Los guisantes son una valiosa fuente de proteína, hierro y fibra insoluble. La fibra insoluble ayuda a reducir el colesterol, lo que reduce el riesgo de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares. Es una excelente fuente de hierro y vitamina C, que trabajan para mantener el correcto funcionamiento del sistema inmunológico.
Lo primero que debe hacer antes de comenzar a enlatar los guisantes es después de recogerlos, limpiarlos bien de las vainas y luego quitar los granos no aptos.
Guisantes enlatados
El primer método por el cual puede conservar los guisantes es sellándolos en frascos. Los guisantes se recogen cuando todavía están ligeramente blandos, se pelan y se colocan en una olla con agua hirviendo ligeramente salada durante unos 5 minutos para que se blanqueen.
Luego escurrir a través de un colador y lavar con agua fría. Los tarros se llenan con los guisantes así procesados, a los que se les añade una cucharada de sal y agua. Los frascos se cierran y se hierven durante 2 horas. Luego se sacan y se dan vuelta con la tapa hacia abajo.
Congelar guisantes en el congelador
La segunda forma en que puede conservar guisantes para el invierno es congelándolos en el congelador. Para este propósito, nuevamente, los guisantes se escaldan en agua con sal, luego se lavan y se escurren bien. Se dividen en partes iguales en bolsas (tanto como para una comida) y se disponen en el congelador. Descongele un poco antes de usar.
Secado de guisantes
La otra opción para conservar los guisantes es secarlos al sol. Después de pelar y limpiar los guisantes, se esparcen bien en una capa delgada, en un lugar soleado y aireado.
Se mezclan varias veces al día y por la noche se almacenan en un lugar seco en casa para protegerlos de la humedad no deseada.
El procedimiento se repite hasta que los guisantes estén completamente secos en aproximadamente una semana (dependiendo de las condiciones climáticas). Después de eso, se almacenan en bolsas de papel en un lugar seco.
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