La albahaca se considera una de las hierbas más reconocibles del mundo. Esta planta fragante, llamada especia real, es una excelente fuente de vitamina K y una muy buena fuente de hierro, calcio y vitamina A. Además, es una buena fuente de fibra dietética, manganeso, magnesio, vitamina C y potasio.
Sin albahaca fresca no podemos imaginarnos una deliciosa pizza margarita, salsa pesto o un cordero asado con albahaca.
Es por eso que muchas amas de casa se enfrentan al reto de conservar la albahaca fresca durante más tiempo. Y para ello recurren a varios trucos.
La albahaca conserva sus propiedades durante unos 4 días si se mantiene en un vaso de agua. Puedes ponerla en una bolsa limpia para eliminar la mayor cantidad de aire posible y congelarla en el congelador.
Otra opción para disfrutar del aroma de la albahaca fresca todo el año es picarla finamente y guardarla en un bote con aceite de oliva. Tan solo una cucharada de la mezcla aromática untada sobre una tostada o un trozo de queso te hará sentir de nuevo el verano.
La albahaca empapada en aceite de oliva también se puede almacenar en forma de hielo en el congelador, y solo se puede sacar la cantidad necesaria para una comida.