Hay muchas opciones para conservar especias frescas, congelarlas, secarlas y hacer polvos aromáticos fuertes; esta es una muy buena opción si tiene grandes cantidades de cebolletas verdes. Pero, ¿cómo mantener nuestras especias frescas realmente frescas durante más tiempo?
Llene un frasco o vaso de agua parcialmente con agua y coloque los extremos de los tallos de las hierbas en el agua del frasco (corte una pequeña parte de los tallos de las hierbas). Las hierbas deben estar bien secas y sin humedad (si tienen algo de humedad, se estropearán mucho más rápido, así que después de enjuagarlas, déjelas en papel de cocina).
Si almacena hierbas en el refrigerador, cubra la parte superior del frasco con una bolsa de plástico transparente.
Al cilantro le gustan las temperaturas frescas y debe guardarse en el refrigerador.
Perejil y eneldo se pueden almacenar a temperatura ambiente o en el refrigerador. Según Harold McGahey, la albahaca se almacena mejor a temperatura ambiente, no en el refrigerador, porque es susceptible al daño por frío.
Cambia el agua después de unos días y quita las hojas amarillentas, de lo contrario las especias verdes no podrán conservar sus propiedades. El perejil, el eneldo, el apio, el cilantro, la albahaca y otras hierbas frescas pueden conservarse hasta 2 semanas o más si se almacenan de esta manera.
Otra opción es disponer las hierbas frescas en una sola capa sobre papel de cocina ligeramente húmedo (así no se rompen), enrollarlas y guardarlas en un recipiente de plástico (si estás usando una bolsa existe la posibilidad de aplastar las hierbas). Guarde en el refrigerador.
Almacene las especias quitando siempre una pequeña porción de la base de los tallos y eliminando las hojas secas o descoloridas.
Algunas personas almacenan el eneldo y el perejil (no deben estar mojados, si los has enjuagado déjalos secar en papel de cocina antes de meterlos en el tarro) colocándolos en un tarro seco, cerrado, que se mete en la nevera. y así aumentas el tiempo durante el cual estarán frescos.
Guarde la albahaca cortando parte de la base de los tallos y colocándola en un recipiente, jarrón o frasco, con una pulgada o dos de agua en el fondo, como un ramo de flores. Guárdela a temperatura ambiente en un área iluminada pero fuera de la luz solar directa.
