Los Países Bajos tienen dos marcas comerciales muy famosas - los quesos y los tulipanes. Ambos son conocidos y amados casi por igual. De hecho, los holandeses están tan orgullosos de su queso que sienten más alegría vendiéndolo que comiéndolo. Hoy en día, las empresas holandesas producen cientos de millones de kilogramos de queso, la mayoría de los cuales se exportan a países de todo el mundo.
Algunos de los tipos de queso más famosos llevan el nombre de antiguas ciudades holandesas donde se vendían durante siglos. Y aunque las tradiciones de elaboración del queso han cambiado poco o mucho, sus cualidades gustativas siguen siendo las mismas.
Gouda es un queso duro holandés tradicional con una historia realmente emocionante y tradiciones de producción preservadas. Como la mayoría de los tipos de queso, Gouda no es una excepción y lleva el nombre de la ciudad en la que se creó. La ciudad de Gouda se encuentra en el sur de Holanda, cerca de Róterdam. La historia de este delicioso manjar comienza en 1184, lo que lo convierte en uno de los quesos más antiguos. Incluso se dice que el mismísimo rey francés Luis XIV fue uno de sus amantes.
Mientras reposa, el sabor del queso gouda conserva su dulzura pero se vuelve más intenso, y el gouda ahumado tiene un sabor a moscatel.
Edam es también un famoso queso holandés conocido por su corteza cerosa de color rojo brillante. En su tierra natal también se consume uno de corteza cerosa amarilla, y el negro significa que el queso ha madurado al menos 17 semanas.
El producto está elaborado con leche de vaca y lleva el nombre del puerto de Edam. Por lo general, se come joven, mientras que su textura es flexible y suave y su sabor es dulce y a nuez. Los quesos más maduros tienen un sabor especiado con un final punzante.
Limburger es un tipo de queso suave de leche de vaca producido en los Países Bajos, Bélgica y Alemania. La historia del queso está relacionada con los monjes trapenses, quienes comenzaron a producirlo en la Edad Media.
Como ocurre con otros quesos, este también lleva el nombre de su lugar de nacimiento. Limburgo es en realidad una ciudad que hace siglos estaba en el territorio de los Países Bajos, pero hoy en día el área también se comparte entre Bélgica y Alemania. Por eso también tienen pretensiones de autoría del manjar lácteo.
Su sabor se distingue por su picante, y su aroma es fuerte. A menudo hay rastros de moho blanco en la corteza.
