Cada cuarto habitante del planeta tiene problemas con la vesícula biliar. Algunos pacientes ni siquiera sospechan su problema de salud. Esto se debe a la frecuente confusión de los síntomas con los de gastritis, aumento de la acidez, pesadez de estómago, etc.
Las enfermedades biliares pueden comenzar principalmente cuando comemos incorrectamente. Para tratar e incluso protegernos del diagnóstico de cálculos biliares, necesitamos saber comer.
Cuando descubre que tiene problemas con la vesícula biliar, aún tiene la opción de evitar la cirugía. La presencia de cálculos y problemas biliares no siempre requiere este tipo de tratamiento, a menos que las paredes de este órgano ya estén inflamadas. Lo primero que debes cambiar es tu dieta.
Primero, busque suplementos nutricionales que contengan selenio, molibdeno, zinc y cobre, colina y metionina. Ayudan a regular el metabolismo de las grasas. Tome vitamina C en cualquier forma.
Frutas y verduras frescas: un elemento obligatorio en cada comida, tanto para personas sanas como enfermas.
Los alimentos principales en su menú deben ser alcachofa y remolacha - tienen un efecto beneficioso sobre las funciones de la bilis.
Repollo, brócoli, col rizada (kale) - absolutamente obligatorio para la alimentación con problemas de bilis.
Albaricoques - de las frutas, tienen el efecto más beneficioso para la vesícula biliar. Estimulan la depuración de los riñones y reducen el riesgo de desarrollar infecciones.
Las uvas son una buena fuente de antioxidantes. Es la opción perfecta para purificar la sangre y es rica en vitaminas B y potasio. Tiene un efecto energizante en el cuerpo.
Los limones son una de las frutas más ricas en vitamina C.
Otros alimentos:
Apio - mejora la circulación sanguínea y tiene un gran efecto depurativo.
Perejil - bueno para mejorar la digestión. Reduce significativamente los procesos inflamatorios.
Cebolla - tiene un papel importante en la desintoxicación del hígado, ayuda en la eliminación de líquidos.
Alimentos permitidos: leche fresca desnatada, mejor si es de vaca, requesón recién hecho, requesón dietético, queso de vaca bien desalado, yogur, queso fresco, suero de leche, tarator sin ajo.
De las carnes, se puede comer conejo manso, ternera, cordero cocido, al horno o a la parrilla, pollo asado, gallina joven, pescado de río (barbo, bagre, carpa joven, alburnus, pescado blanco, trucha, lucio, gardí - principalmente cocida o a la parrilla), clara de huevo, aceites vegetales para ensaladas - de girasol o de oliva.
Todos los demás productos alimenticios deben consumirse con moderación y, si es posible, evitarse.