Jugosas y dulces, con una textura suave, mantecosa y algo granulada, las peras, de color blanco a crema, fueran llamadas "el regalo de los dioses". Aunque la temporada de pera es desde principios de agosto hasta finales de octubre, se pueden ver diferentes variedades durante todo el año.
Las peras, junto con las manzanas y los membrillos, son miembros de la familia de las Rosáceas. Dependiendo de su especie, su piel fina como el papel puede ser amarilla, verde, marrón, roja o una combinación de dos o más colores. Como las manzanas, tienen un corazón en el que se encuentran las semillas.
Origen de las peras
Las peras son una fruta deliciosa, similar a la manzana y al membrillo. Hay miles de especies que se diferencian en sabor, forma, color y método de almacenamiento. Las variedades más comunes son Anjou, Bartlett, Bosc y Conference.
El nombre científico de la pera es Pyrus communis.
Cuando hablamos del origen de la pera, tenemos que mencionar dos versiones diferentes: según algunas fuentes, esta fruta se cultivaba hace 3000 años en Asia occidental, mientras que según otras, se remonta a la Edad de Piedra. Aparte de eso, la pera ha sido una fruta abundante y preferida a lo largo de los siglos.
Lo interesante es que hasta el siglo XVIII la pera no tenía el sabor actual. Fue en esta época cuando se prestó más atención a su cultivo, y así surgió la pera actual con su textura marcadamente mantecosa y su sabor dulce.
Hoy en día, los principales países productores de peras son China, Italia y Estados Unidos.
Composición de las peras
Las peras son una buena fuente de fibra dietética, vitamina C, miel y vitamina K. La vitamina C estimula a los glóbulos blancos a combatir las infecciones matando directamente muchas bacterias y virus, y regenera la vitamina E. Con la ingesta de una pera jugosa al día, también consumirás el 11.1% del valor diario de vitamina C y el 9.5% del valor diario de cobre.
En 100 g de peras hay 94 g de agua, 11.4 g de carbohidratos, 0.1 g de grasa, 0.6 g de pectina, 2.3 g de fibra y 0.4 g de proteína.
Las peras verdes contienen la sustancia sorbitol, que durante el proceso de maduración se convierte en glucosa y pectina. En general, las peras frescas son una especie de cóctel de sustancias beneficiosas para la salud. Son ricas en ácidos orgánicos (málico, cítrico, oxálico) y varios oligoelementos: magnesio, cobre, hierro, zinc y fósforo.
Las peras también contienen yodo, que es suficiente para satisfacer las necesidades diarias de este elemento. El sabor ligeramente astringente de la fruta se debe a los taninos que se encuentran en su piel. El aroma específico está determinado por los aceites esenciales contenidos en la pulpa de la pera.
Uso de las peras en la medicina
De la fruta se pueden extraer numerosas sustancias activas que luego se utilizan en la producción de numerosos medicamentos. Por ejemplo, las peras son ricas en arbutina, que tiene excelentes propiedades antisépticas y esta sustancia es muy beneficiosa para el tratamiento de enfermedades de los riñones y del tracto urinario.
Se han realizado varios estudios que demuestran que las peras tienen un efecto muy positivo también en el corazón. El extracto de esta fruta se utiliza con bastante frecuencia en cosmetología, ya que ayuda a reducir la grasa de la piel, cierra los poros y la enriquece con vitaminas.
Las peras frescas o cocinadas tienen un suave efecto laxante. También aportan al organismo la fibra dietética necesaria, lo que a su vez conduce a la normalización de las heces. Las investigaciones modernas demuestran que el consumo regular de gachas de pera ayuda a normalizar el trabajo de los intestinos y alivia el estreñimiento crónico debido a la peristalsis débil.
¿Podemos congelar peras?
Sí, las peras se pueden congelar tanto enteras como cortadas en trozos. Basta con lavar bien las frutas, limpiarlas y secarlas con una toalla y luego congelarlas en la forma que más le convenga. Sin embargo, te aconsejamos que las pongas en recipientes separados o en bolsas al vacío para que no absorban los demás sabores de tu congelador. Puedes almacenarlas hasta por un año.
El punto más importante en este caso es descongelar las peras. Lo ideal es sacarlas 1-2 horas antes de consumirlas y guardarlas en el estante inferior de tu nevera. Así, las peras se descongelarán lentamente, lo que a su vez no alterará su forma y estructura.
Selección y almacenamiento de peras
Dado que la pera es una fruta bastante perecedera, es casi seguro que las que ves en las tiendas no estarán completamente maduras. Se deben dejar a temperatura ambiente hasta que estén completamente maduras. Es en este punto, justo antes de que lleguen al punto de deterioro, es cuando tendrán el nivel más alto de antioxidantes.
Si quieres acelerar el proceso de maduración colócalas en bolsas de papel o periódicos y voltéalas periódicamente. No es deseable guardarlas en bolsas de plástico, ya que se estropean muy rápidamente. Esto sólo es necesario si desea conservarlas durante más tiempo en el frigorífico.
Uso culinario de las peras
- Hay que lavar las peras muy bien, ya que lo más beneficioso es comerlas enteras con piel, debido a las fibras que contienen su piel.
- Si se corta la pera, se oxidará rápidamente.
Si quieres evitar este proceso, rocíalas ligeramente con jugo de limón o naranja.
- Como parte de la ensalada deseada, casi todas las "verduras", los puerros y las nueces combinan bien con la pera.
- Servir las peras con queso de cabra o queso azul.
- Agrega peras en rodajas, jengibre y miel a tus gachas de avena.
- Las peras son un complemento adecuado para el zumo de manzana o el vino.
Se pueden utilizar tanto en postres como como ingrediente importante en platos principales, como el foie gras con peras caramelizadas. Todo aquí depende en gran medida de tu imaginación y de hasta qué punto estés dispuesto a experimentar en la cocina. La singularidad de las peras es que con su ayuda puedes crear verdaderas obras maestras culinarias con peras, como:
3. Peras escalfadas;
4. Postres de pera.
Beneficios de comer peras
La fibra contenida en las peras reduce los niveles altos de colesterol, lo que es una muy buena noticia para las personas con riesgo de aterosclerosis y cardiopatía diabética. La fibra también se une a las sustancias químicas que causan cáncer en el colon, protegiendo sus células del daño. Quizás esta sea la razón por la que las dietas asociadas a alimentos ricos en fibra se asocian con un riesgo reducido de cáncer de colon.
Se ha demostrado que las frutas ricas en fibra protegen contra el cáncer de mama en mujeres posmenopáusicas. Estas frutas son manzanas, ciruelas y peras.
Las peras también se consideran como una fruta que no es inherente al desarrollo de alergias. Al comenzar a dar fruta a los bebés, esta fruta es muy recomendable.
Las investigaciones demuestran que las vitaminas antioxidantes A, C y E son extremadamente importantes para el buen funcionamiento de nuestros ojos, lo que significa que una pera añadida a la leche o al cereal del desayuno sin duda tendrá un efecto beneficioso.