Los filetes y chuletas de carne son bastante sabrosos sin ningún aderezo o guarnición, pero la salsa, especialmente si la carne está más seca, siempre es una buena idea. Puedes hacer una salsa de champiñones, de tomates, de nata - la elección es amplia.
Te ofrecemos varias recetas, la primera de las cuales puedes preparar con la salsa que sobra de las chuletas ya cocinadas, en caso de que están hechas al horno.
Pon la salsa de las chuletas preparadas en una sartén y agrega un poco de mantequilla (tal vez aceite), después de que se caliente, agrega una cebolla finamente picada y deja que se ablande por unos minutos. Agregue un diente de ajo para darle sabor; no lo corte, presiónelo. Agrega 3 cucharadas de mostaza a esta mezcla.
Mezcle bien y agregue aproximadamente 3/4 taza de vino tinto. Cocine a fuego lento durante unos minutos y agregue especias al gusto. La pimienta negra y la sal son obligatorias.
Muchos de nosotros cocinamos con vino que no nos gusta o que es barato y generalmente no es lo suficientemente bueno. Para que el plato resulte verdaderamente delicioso, los expertos culinarios dicen que el vino debe ser de buena calidad.
Las salsas de champiñones son muy adecuadas para todo tipo de filetes y chuletas de carne. Si necesita una salsa rápida que también sea lo suficientemente sabrosa como para acompañar los filetes y chuletas de carne, compre crema agria y queso fundido (quesitos en porciones).
Calentar la grasa en una sartén adecuada y añadir los champiñones finamente picados, luego añadir la nata/crema agria y los quesitos. Remover constantemente y, si es necesario, reducir el fuego.
Para que la salsa no quede demasiado espesa, añade unas cucharadas de yogur. Remueve bien, agrega sal y retira del fuego. Si te gusta el queso azul, puedes ponerlo finamente picado.
Nuestra última sugerencia vuelve a ser con setas o champiñones, pero esta vez te ofreceremos una receta con leche en lugar de nata. Poner al fuego una cebolla y 200 g de champiñones en grasa, una vez fritos añadir una cajita de queso fundido, 100 g de queso tierno y 120 g de queso curado previamnete rallados.
Observa y revuelve, y cuando los productos comiencen a separarse en hilos, comienza a agregar leche. Necesitarás alrededor de un litro, pero caliéntalo previamente. Una vez alcanzado el espesor deseado, retira del fuego y añada dos huevos batidos. Agregue un poco de eneldo y pimienta negra.
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