Anacardos

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Yordanka Kovacheva
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Yordanka Kovacheva
Anacardos

Los anacardos de sabor delicado son un refrigerio favorito entre comidas que se puede encontrar en casi cualquier tienda de comestibles. Con los anacardos podemos hacer mantequilla vegana y es una gran adición a ensaladas y salteados.

El árbol de anacardo es originario de las tierras del actual Brasil y, contrariamente a la creencia popular, es filogenéticamente más cercano a los mangos que a los cacahuetes. El anacardo, conocido como Anacardium occidentale, es de la misma familia que el mango y el pistacho.

El anacardo es una planta de hoja perenne que alcanza una altura de hasta 12 metros, y su vida fructífera dura hasta 45 años. Su fruto a menudo se llama manzana de anacardo, y en apariencia se parece mucho a una pera grande con un color rojo o un membrillo. En la parte inferior del anacardo, hay un crecimiento musgoso y en forma de riñón, en el que se esconde el delicioso fruto seco del anacardo. Este fruto seco se encuentra inmerso en una secreción altamente tóxica que lo protege de diversas plagas.

Cada manzana de anacardo produce una nuez, pero un árbol puede producir hasta 300 frutas en un año. Esta cantidad extremadamente pequeña, combinada con la laboriosidad de recolectar las nueces junto con el transporte, caracterizan el precio relativamente alto de los anacardos.

Hoy en día, los anacardos crecen principalmente en las tierras de África y Asia. Fue llevado allí por las flotas portuguesas en el lejano siglo XVI.

El anacardo siempre ha sido valorado por su madera, bálsamo de anacardo y manzana de anacardo, pero el anacardo en sí solo se hizo popular a principios del siglo XX. Hoy, los principales productores de anacardos son India, Brasil, Mozambique, Tanzania y Nigeria.

Composición del anacardo

Los anacardos son una muy buena fuente de vitamina B, folato y potasio. Contiene cantidades adecuadas de selenio, cobre, fósforo y magnesio.

Los anacardos tienen un índice glucémico muy bajo y un factor de carga glucémica bajo, lo que los convierte en una excelente fuente de carbohidratos lentos.

100 g de anacardos contienen 18 g de proteínas, 292 mg de magnesio, 660 mg de potasio, 593 mg de fósforo, 20 mg de selenio, 2.2 mg de hierro, 12 mg de sodio, 5.8 mg de zinc.

Selección y almacenamiento de anacardos

Frutos secos Anacardos

- Si compras anacardos envasados, fíjate si el envase está cerrado herméticamente para que no queden rastros de humedad;

- Si es posible, huele los anacardos para asegurarte de que no se hayan echado a perder;

- Se recomienda conservar los anacardos en un envase opaco, lo que garantiza que no penetrará la luz y, por tanto, los anacardos no se pondrán rancios. Después de abrir el paquete de marañón, es mejor guardarlo en el refrigerador;

- En el frigorífico, los anacardos durarán unos seis meses, o en el congelador, donde durarán alrededor de un año;

- La mantequilla de anacardos debe colocarse en el refrigerador inmediatamente después de que ya se haya abierto.

Usos culinarios de los anacardos

Los anacardos se ofrecen con mayor frecuencia tostados como aperitivo de diversas bebidas alcohólicas. Los anacardos se pueden agregar a varias ensaladas, purés de verduras, platos de carne y pescado.

Los anacardos también se utilizan en repostería como ingrediente en muchas tartas de frutos secos, muffins y pasteles de frutos secos. Además, los anacardos se utilizan en recetas con mousses, cremas, helados, leches de frutos secos y quesos. Los anacardos tostados también se pueden comer solos.

Los anacardos se utilizan para hacer harina, que es un auténtico manjar, con la que se elaboran papillas y panes. El aceite de anacardo también es un manjar, pero se usa más en farmacia y medicina y menos en la cocina, principalmente en las zonas donde se cultiva.

Beneficios de los anacardos

Anacardos frutos secos

- Contiene grasas monoinsaturadas saludables para el corazón. Los anacardos no solo tienen un contenido de grasa reducido en comparación con otros frutos secos, sino que también alrededor del 75 % son ácidos grasos insaturados, y de estos, alrededor del 75 % contienen el llamado ácido oleico, el mismo ácido saludable para el corazón que también contiene el aceite de oliva;

- Si te preocupa tu corazón, ¡come frutos secos! Tras diversos estudios, los científicos aconsejan que para reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares y coronarias basta con tomar un puñado de anacardos u otros frutos secos, o una cucharada de mantequilla de cacahuetes al menos cuatro veces por semana;

- El cobre que contienen los anacardos actúa como antioxidante, produce energía y es buena para los huesos y los vasos sanguíneos. El cobre juega un papel importante en muchos procesos fisiológicos, incluida la utilización de hierro por parte del cuerpo, la eliminación de radicales libres, la formación de tejido óseo y articular y la producción de melanina;

- El magnesio que contiene cuida de nuestra tranquilidad y estado de ánimo. Una cantidad insuficiente de magnesio puede provocar hipertensión arterial, espasmos musculares y ataques de migraña, y 1/4 de taza de anacardos al día nos aporta el 22.3% del valor diario de magnesio;

- Los anacardos no engordan. Aunque se sabe que los frutos secos nos brindan muchos beneficios cardiovasculares, a menudo las evitamos porque nos preocupa su alto contenido de calorías. Sin embargo, un estudio reciente encontró que las personas que comían frutos secos al menos dos veces por semana tenían menos probabilidades de aumentar de peso que aquellas que no comían frutos secos en absoluto.

Daños por el consumo de anacardos

Anacardos tostados

Aunque las reacciones alérgicas pueden ocurrir con casi cualquier tipo de alimento, se sabe que algunos alimentos están asociados con más alergias que otros. Alrededor del 90 % de las alergias alimentarias están asociadas con 8 tipos de alimentos: frutos secos (como los anacardos), pescado, crustáceos, leche de vaca, huevos de gallina, productos de soja, cacahuetes y trigo.

Los anacardos también se encuentran entre los pocos alimentos que contienen oxalatos, sustancias naturales que se encuentran en las plantas, los animales y el cuerpo humano. Cuando se concentran mucho en los fluidos corporales, se cristalizan y pueden provocar algunos problemas de salud. Por esta razón, las personas con problemas de riñón o vesícula biliar deben evitar los anacardos.

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