Para que sea sabrosa y saludable, la carne se debe cocinar de manera correcta. Normalmente la carne se hierve en agua o caldo de verduras. Si pones la carne en agua hirviendo, la capa superior de proteína se coagula muy rápidamente, lo que evitará que los nutrientes de la carne se disuelvan en el agua.
Si la carne se pone en agua fría y s calienta lentamente, los nutrientes pasarán al caldo. Los nutrientes de la carne son proteínas solubles, sales minerales y algunas vitaminas.
Las proteínas que pasan al caldo se coagulan bajo la influencia de altas temperaturas y forman espuma. Aunque tradicionalmente se quita la espuma, si se deja, enriquecerá el caldo con más nutrientes. Después de un tiempo, la espuma desaparecerá sola y no estropeará el aspecto de tu plato.
La calidad de la carne cocida y la fuerza del caldo dependen principalmente de la proporción de carne y agua. Por lo tanto, debe elegir el tamaño correcto del recipiente en el que cocina la carne.
Durante la cocción, alrededor del 35 por ciento del liquido contenido en la carne cruda pasa al caldo, y esto sucede en los primeros 15 minutos de ebullición.
Es decir, el caldo aumenta y la carne disminuye en cuanto a volumen. Por lo tanto no debe intentar cubrir la carne con mucha agua al comienzo de la cocción.
La carne se cocina mejor bajo una tapa bien cerrada con un mínimo de ebullición, para que aparezcan pocas burbujas. Esto evita la emulsión de grasa y la aparición de un sabor graso y pesado del caldo.
Prácticamente no hay oxigeno para oxidar la grasa debajo de la tapa bien cerrada. La carne lavada y limpia de pieles y grasa de coloca en agua salada con especias. la sal impide que los jugos de la carne pasen completamente al caldo.
Es inadmisible agregar agua durante la cocción de la carne, ya que estropea irreparablemente el sabor tanto al caldo como de la carne.
Una vez que estés familiarizado con la cocción de la carne, te recomendamos que pruebes alguna de nuestras recetas para:
- u tras sopas de carne.
