El Cheddar es un queso tradicional inglés, que hoy en día se produce en muchos variantes con diferentes tipos, colores y sabores. Cheddar es el queso más popular en Inglaterra, así como uno d los quesos aromáticos más populares del mundo. Está hecho de leche de vaca y es un queso relativamente duro. Su color es amarillo pálido o casi blanco si no s agregan colorantes artificiales.
La naturaleza cambiante del queso Cheddar le ha ganado una gran cantidad de admiradores en todo el mundo. Dependiendo del método de producción y el periodo de maduración, su sabor y textura también varían. Puedes probar el Cheddar con un sabor suave, con matices a frutos secos, mantequilla y leche, o un tipo de Cheddar con sabor fuerte e intenso. El queso cheddar blanco tiene el sabor más fuerte que el naranja y el cheddar ahumado tiene un regusto más ligero y prolongado.
Como unos de los tipos de queso más comunes en el mundo, el Cheddar es una verdadera delicia. La marcas de calidad ofrecen un producto realmente bueno y con razón se puede considerar unos de los mejores quesos del mundo. Los ingresos por ventas de Cheddar en Inglaterra no tienen comparación con ningún otro queso, y en los Estados Unidos, es el segundo más popular después de la mozzarella.
El nombre Cheddar no está protegido dentro de la Unión Europea (DOP), pero solo el queso elaborado con leche local dentro d cuatro municipios del suroeste de Inglaterra puede usar el nombre "West Country Farmhouse Cheddar". Todavía se produce una pequeña cantidad de Cheddar original en la área de Cheddar y otras partes de suroeste de Inglaterra.
Historia del Cheddar
El seno del verdadero queso Cheddar es el pueblo del mismo nombre en el área de Somerset. A lo largo del pueblo se encuentra Cheddar Gorge, donde muchas cuevas naturales proporcionan la humedad ideal y una temperatura constante para que madure el queso. Antiguamente el queso Cheddar se producía por ley a solo 48 km de la Catedral de Gales.
La producción de queso Cheddar comenzó en el siglo XII, como lo demuestran los registros históricos de su comercio. Gradualmente, la popularidad del queso creció hasta el siglo XIX, cuando el tecnólogo de productos lácteos Joseph Harding mejoró el sabor y la tecnología de producción, haciéndolo prácticamente generalizado. Sus palabras son que un buen queso Cheddar debe hacerse en una lechería.
Composición del queso Cheddar
El queso Cheddar suele tener un contenido de grasa del 48%. Es una muy buena fuente de calcio, con 100 g de él dando el 72% de la dosis diaria recomendada. También contiene vitaminas A, K, B12, y los oligoelemnetos más significativos son zinc, selenio, colina, fósforo, magnesio, etc.
100 g de queso Cheddar contienen aproximadamente:
Calorías 403 Kcal; Grasa 33 g; Colesterol 105 mg; Proteína > 25 g.
Producción de queso Cheddar
El queso Cheddar se produce generalmente en forma cilíndrica, con un diámetro de 35 a 38 cm, se forma en tambores y pesa hasta 27.5 kg. Tradicionalmente, se envuelve con una cinta que proporciona una corteza firme de color marrón grisáceo. El periodo de maduración del queso Cheddar suele ser de entre 6 y 18 meses. Esta hecho de leche con la adición de bacterias lácteas.
En términos de apariencia y sabor, el queso Cheddar tiene una textura suave y relativamente firme. Como regla general, no debe doblarse o desmoronarse. Muy a menudo, el queso Cheddar tiene un núcleo amarillo dorado y el color se vuelve más saturado a medida que ahumenta su periodo de maduración.
El sabor del queso Cheddar a menudo se define como suave, verbal, con tonos de nuez y un sabor ligeramente salado. Cuanto más maduro es el Cheddar, más fuerte, complejo y sabroso está, con un fuerte matiz de frutos secos. Los quesos añejos tienen una mayor acidez clorhídrica, por lo que a veces pellizcan la lengua.
Aplicación culinaria del queso Cheddar
El queso Cheddar original, patentado por Joseph Harding en 1964, tiene un pronunciado sabor a avellana. Al igual que otros quesos aromáticos, Chedar va muy bien con frutas y varios tipos de frutos secos.
En general, se usa mucho en la cocina, ya que suele ser un ingrediente en diversas salsas, sopas, ensaladas y aderezos, y a menudo se añade en sándwiches de queso Cheddar, bocadillos, muffins, bizcochos y pasteles salados.
Este queso inglés va bastante bien con vino tinto como Cabernet Sauvignon y Pinot Noir, pero también con vinos blancos: Chardonnay, Sauvignon Blanc, Riesling.