En el mundo existen más de cuatrocientas especies de higos. Crecen en la región del Mediterráneo, Oriente Medio, Asia Central y el Cáucaso, así como en Bulgaria. A veces la higuera no es un árbol, sino un arbusto que alcanza una altura de diez metros.
Los frutos de la higuera nacen únicamente en los árboles femeninos. Las flores de higuera son polinizadas por un solo tipo de avispa y, en este sentido, la planta es caprichosa.
Los frutos del higo son sabrosos y nutritivos, son de color amarillento, rojizo o morado. No duran mucho, así que los higos se secan al sol. Esto aumenta el azúcar en ellos.
Si la planta crece en condiciones favorables, puede alcanzar los doscientos años. Los higos están representados en bajorrelieves del antiguo Egipto y en pinturas griegas antiguas.
El gran sanador Avicena trató con higos la malaria, el resfriado y las úlceras, y también la lepra y la sífilis. Según él, los higos preservaban la juventud y la belleza.
La tintura de higos se utiliza para compresas frías y para tratar inflamaciones. Los aceites esenciales contenidos en los higos mantienen la sangre en un estado normal y así se pueden utilizar como aspirina.
Los higos se recomiendan para personas ocupadas con trabajo mental. Los higos son bastante ricos en calorías: contienen 240 calorías por cada cien gramos y son ricos en carbohidratos y azúcares.
Contienen fibra dietética, almidón y ácidos orgánicos, proteínas y grasas, vitaminas A, B y C, caroteno, calcio, magnesio, sodio y mucho potasio.
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Los higos se utilizan para la gastritis, la inflamación del tracto respiratorio y para reducir la fiebre. Para ello se utiliza la decocción de los frutos, así como la mermelada de higos.
La decocción de higos secos se recomienda para el cansancio, fiebre alta, dolor de garganta, infecciones de la cavidad bucal y ronquera. Se vierte una cucharada de higos secos picados con dos tazas de té de agua hirviendo y se hierve durante diez minutos a fuego lento. Colar y beber medio vaso cuatro veces al día.
Las hojas frescas de higuera ayudan con el vitíligo. Si las zonas descoloridas de la piel se aplican con hojas recién trituradas para que suelten su jugo, se restablece la pigmentación de la piel.
El jugo de hojas frescas de higuera hidrata la piel seca, cura los puntos negros y las heridas, destruye las verrugas y aclara las marcas de nacimiento; esto se sabe por los antiguos tratados orientales.
Los higos son ideales para el desayuno, pero en pequeñas cantidades y mezclados con otras frutas. Si mezclas un puñado de higos secos picados con un puñado de ciruelas pasas, dos cucharadas de almendras y lo escaldas todo con agua hirviendo, obtendrás un estupendo desayuno saludable que cargará tu cerebro de una energía inesperada.
Los higos están contraindicados en enfermedades del páncreas y en la diabetes, así como en la inflamación del estómago y en la gota. El consumo de higos tampoco es recomendable para los trastornos metabólicos.
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