El coco duro se muele hasta obtener un polvo fino para hacer harina de coco. Tiene un ligero sabor a coco, por lo que es una opción ideal para todo tipo de recetas que no requieran ingredientes muy aromatizados.
Aparte de sus múltiples usos en la cocina, su reputación ha aumentado en los últimos años en el mundo occidental gracias a los beneficios para la salud que ofrece.
Es mucho más nutritivo que otras harinas usadas en pastelería. Puedes usar harina de coco para hacer muffins y pasteles ya que tiene una textura más ligera.
Para agregar un sabor especial, intente mezclar la harina de coco con harina de repostería o integral.
Lo más atractivo de esta harina es que no contiene gluten, no que daña el revestimiento del intestino delgado y facilita la absorción de los alimentos. El gluten no es saludable y es la principal causa de hinchazón y dolor de estómago.
El uso de harina de coco en nuestra dieta puede reducir en gran medida el riesgo de enfermedades del corazón. Sustituir las harinas procesadas por ella reduce el colesterol y te protege de la diabetes y el cáncer.
La harina de coco puede contribuir en gran medida a alcanzar la ingesta diaria recomendada de fibra, lo que a su vez ayuda al cuerpo a lidiar con problemas estomacales como la hinchazón y el estreñimiento. La harina de coco contiene un gran número de grasas saludables.
Estas grasas son extremadamente importantes para proteger el cuerpo contra los ataques de hongos, microbios y virus. Con sus propiedades antivirales, antiparasitarias, antifúngicas y antibacterianas, la harina de coco contribuye a desarrollar un sistema inmunológico fuerte.
Apoya y restaura la función tiroidea, mejora el colesterol bueno, lo que reduce el riesgo de problemas cardíacos.
Las palmas de coco también producen azúcar de coco, leche de coco, aceite de coco y agua de coco de los cocos, todos los cuales encuentran un gran uso en nuestra vida diaria.
